El pie es una estructura compleja con sus 26 huesos, 33 articulaciones (cada una con 6 grados de libertad de movimiento) y sus más de 20 músculos, incluyendo 4 capas de músculos del arco. Esta estructura permite que el pie sirva para muchas funciones diferentes, como proporcionar una base de apoyo, atenuador de impactos; con la capacidad de adaptarse a terrenos irregulares, así como servir como una palanca rígida para empujar (McKeon et al., 2015).
Los músculos intrínsecos del arco del pie, con sus pequeñas áreas transversales y brazos de palanca cortos, son principalmente estabilizadores, en contraste con los músculos extrínsecos del pie más grandes. A estos músculos intrínsecos del arco se les conoce como el CORE del pie (McKeon et al., 2015), ya que son análogos a los músculos pequeños del CORE a nivel lumbopélvico, que proporcionan estabilidad a las regiones de la cadera y la pelvis.
La debilidad de los músculos intrínsecos del pie se ha asociado con lesiones relacionadas con la carga (Garth et al., 1989, Allen et al., 2003, Cheung et al., 2016). Estos músculos se contraen con cada paso para controlar la magnitud y la velocidad de descenso del arco plantar (Kelly et al., 2015). La fascia plantar también previene esta desviación (Bolgla et al., 2004) y sufre tensión a medida que el arco se flexiona hacia abajo. La debilidad de los músculos intrínsecos del arco puede conducir a una mayor deflexión y / o velocidad de desviación del arco, lo que aumenta la tensión sobre la fascia plantar (Allen et al., 2003). Con la naturaleza repetitiva de caminar (más de 1250 pasos / km), esto puede desencadenar fácilmente en una lesión por uso excesivo y puede explicar, en parte, la alta incidencia de fasciosis plantar (10% de la población) (Riddle et al., 2003).
Se puede proporcionar un mayor estímulo a los músculos del pie a través de una variedad de mecanismos, que incluyen calzado minimalista y ejercicio.
Por consiguiente, el objetivo de este VIDEOpaper es analizar el efecto de caminar con calzado minimalista o realizar ejercicios de fortalecimiento del pie sobre el tamaño y la fuerza muscular del pie, en corredores.
Referencias:
Allen RH, Gross MT. Toe flexors strength and passive extension range of motion of the first metatarsophalangeal joint in individuals with plantar fasciitis. J Orthop Sports Phys Ther. 2003 Aug;33(8):468–78.
Bolgla LA, Malone TR. Plantar Fasciitis and the Windlass Mechanism: A Biomechanical. Link to Clinical Practice. J Athl Train. 2004;39(1):77–82.
Cheung RTH, Sze LKY, Mok NW, Ng GYF. Intrinsic foot muscle volume in experienced runners with and without chronic plantar fasciitis. J Sci Med Sport. 2016 Nov;19(9):713–5.
Garth WP, Miller ST. Evaluation of claw toe deformity, weakness of the foot intrinsics, and posteromedial shin pain. Am J Sports Med. 1989;17(6):821–7.
Kelly LA, Lichtwark G, Cresswell AG. Active regulation of longitudinal arch compression and recoil during walking and running. J R Soc Interface. 2015;12(102):20141076.
McKeon PO, Hertel J, Bramble D, Davis I. The foot core system: a new paradigm for understanding intrinsic foot muscle function. Br J Sports Med. 2015;49:1–9.
Riddle DL, Pulisic M, Pidcoe P, Johnson RE. Risk factors for plantar fasciitis: a matched case-control study. J Bone Jt Surg Am. 2003;85–A(5):872–7.