El «drop» de una zapatilla para correr es un factor clave en la biomecánica de la carrera y puede influir en la prevención de lesiones como el dolor patelofemoral (PFP), también conocido como «rodilla del corredor». En este artículo, analizaremos los diferentes tipos de drop y cómo afectan al rendimiento y la prevención de lesiones.
El drop de una zapatilla se refiere a la diferencia de altura entre el talón y el antepie de la suela. Esta diferencia podría tener un impacto significativo en la postura de algunos corredores y en la distribución de las fuerzas que actúan sobre las articulaciones del miembro inferior.
Un drop positivo implica que el talón está más elevado que la punta. Este tipo de diseño favorece una postura más inclinada hacia adelante, lo cual disminuye la tensión en el tendón de Aquiles, siendo ideal para quienes presentan molestias en esta zona. Sin embargo, también puede incrementar la carga mecánica en la articulación de la rodilla, lo que puede resultar contraproducente en personas con dolor patelofemoral.
Las zapatillas sin drop o minimalistas promueven una pisada más natural, favoreciendo el apoyo en el antepié o mediopié. Este diseño estimula una mayor activación muscular en la pantorrilla y en los músculos intrínsecos del pie, mejorando la propiocepción y la fuerza muscular. Sin embargo, es fundamental realizar una adaptación progresiva para evitar lesiones por sobrecarga.
Las zapatillas con drop negativo son menos comunes, pero presentan características únicas: el antepié está más elevado que el talón. Estudios han demostrado que este tipo de calzado puede ser beneficioso para corredores con dolor patelofemoral, ya que favorecen una pisada en antepié, lo cual reduce el estrés en la articulación patelofemoral (PFJS), disminuyendo así el riesgo de dolor en la rodilla. Sin embargo, también incrementan la exigencia sobre el tendón de Aquiles y la musculatura de la pantorrilla.
El dolor patelofemoral (PFP) es una de las lesiones más comunes entre los corredores, caracterizándose por dolor alrededor de la rótula durante actividades como correr, subir escaleras o realizar sentadillas. Un elevado estrés en la articulación patelofemoral es la causa principal de este dolor, y reducir dicho estrés es crucial para la prevención y el tratamiento de la condición.
Estudios biomecánicos han demostrado que modificar el patrón de pisada, pasando de un apoyo en retropié a un apoyo en antepié, disminuye la fuerza de reacción en la articulación patelofemoral y, consecuentemente, el dolor. Además, el tipo de calzado para correr tiene un impacto significativo en la alteración del patrón de pisada. Las zapatillas con drop negativo inducen a una pisada más adelantada, lo cual resulta en una disminución del estrés patelofemoral y una posible reducción del dolor.
La elección del drop adecuado depende de las necesidades individuales del corredor y del historial de lesiones. Aquellos con dolor patelofemoral podrían beneficiarse de probar zapatillas con drop negativo o sin drop, siempre y cuando se realice una transición gradual para permitir que el cuerpo se adapte adecuadamente. Para corredores con problemas en el tendón de Aquiles, el drop positivo puede ser una mejor opción.
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