La columna vertebral se compone de la región cervical, torácica y lumbar, forma un sistema biodinámico, interactivo y complejo conectado a la pelvis.
Además, como la columna vertebral se compone de discos, músculos y ligamentos, facilita la absorción de choque y la estabilidad del tronco durante la marcha. Debido a estas características estructurales, la columna vertebral siempre soporta el peso corporal y está bajo tensión y presión continua.
Por lo tanto, las posturas inestables pueden causar alteraciones espinales. Además, mientras que la columna vertebral es lo suficientemente fuerte para resistir el estrés aplicado verticalmente, es vulnerable al estrés resultante de la rotación o la flexión, y esto puede causar dolor de espalda.
Con la popularización de los ordenadores las personas cada vez están más horas sentadas en el trabajo con el tiempo de ocio.
Una postura sentada con una pierna cruzada se observa comúnmente sin importar la edad o el género. Cruzar una pierna mientras que se sienta también puede crear riesgos múltiples para el cuerpo. Por ejemplo, puede causar asimetría del tronco debido a un uso asimétrico de los músculos oblicuos internos abdominales en los dos lados y puede aumentar la rotación de la columna vertebral en individuos con un rango limitado de movimiento de la articulación de la cadera girando la pelvis.
Estudios previos se han centrado en la asimetría de los músculos del tronco cuando los sujetos se sientan con las piernas cruzadas colocando el tobillo encima de la rodilla opuesta. Estos estudios indicaron la importancia de evitar posturas inestables en la reducción de patologías musculoesqueléticas. Sin embargo, pocos estudios han investigado deformidades espinales resultantes de posturas inestables.
El siguiente VIDEOpaper describe los efectos que surgen al cruzar las piernas sobre la longitud del tronco y la torsión pélvica.